Este corrreo, que reproducimos, nos lo envió una lectora de Entre Líneas, que recibió de un amigo estudiante de medicina en la UABC. Octavio nos relata sus impresiones sobre la visita de Vicente Fox a la Casa de Estudios, el pasado jueves 17 agosto, lo que nos parece importante porque es de alguien que está dentro de la universidad.
Te escribo para contarte acerca de la visita de Fox en mi Universidad y el desorden que creó. Ojalá pudieras reenviar lo siguiente a tu contacto, el Teacher.
De antemano, te agradezco tu atención.
Llego a las 6:30 am y encuentro la periferia de la UABC cercada con vallas verdes sin dejar siquiera un hueco. La calle principal que atraviesa Otay está bloqueada desde el puente de la Facultad de Medicina, y nadie puede ir ni venir desde el aeropuerto según me contaron.
Detrás de las vallas hay individuos vestidos de negro con la leyenda amarilla Seguridad, que no pueden decir por qué ni hasta qué horas está bloqueado el acceso a la Universidad.
Me estaciono en un centro comercial cercano y veo en un estante de periódico la promesa o amenaza de la visita de Fox a Baja California, y recuerdo que la biblioteca central está por ser inaugurada. La Seguridad no sabe más que disculparse por su ignorancia, y mientras empezamos a acumularnos los alumnos de distintas carreras que nunca fuimos avisados de tal cierre. Ni alumnos ni profesores fuimos dignos de ser informados.
Los doctores intentan entrar alegando ser parte del personal universitario, pero no consiguen pasar. A los intendentes les es negada la oportunidad de "checar tarjeta". Alrededor de las ocho alguien consigue esclarecer que, efectivamente, Fox viene a inaugurar la biblioteca central. Mientras, la clase de las siete ya no fue posible.
Minutos más tarde se nos informa que el caos que ya se extiende por todos los alrededores continuará hasta las 4:00 pm, que no habrá clases, que nos vayamos.
Policías municipales cruzan las vallas y violan la autonomía de mi Universidad, y todavía tienen la desfachates de contestar de mala gana a las preguntas que el estudiantado hace con todo derecho. Pronto, la clase de las ocho se esfuma también.
Los municipales dan la orden, desacatada por supuesto, de que todos nos vayamos a nuestras casas porque no habrá clases hasta después de las cuatro.
Surgen algunas interrogantes:
¿Qué tan autónoma es la Universidad Autónoma de Baja California si los municipales pueden transitar libremente, armados y despóticos, negándole el paso a los estudiantes?
¿Qué tan lógico es que Fox inaugure una biblioteca para estudiantes, sin la presencia de los estudiantes?
¿Qué tan importante es que todo Tijuana se entere de la inauguración de esa biblioteca con ese desorden, si Fox visita la Universidad Iberoamericana de Playas de Tijuana sin siquiera alterar la cantidad de patrullas de la delegación?
¿Qué tan aplaudible es un acto más político que célebre, si un listón y unas tijeras en manos de Fox son más importantes que permitir que los estudiantes tomemos clases, que es a lo que vamos mañana con mañana a nuestra Universidad?
Al final del del día, no me parece justo que una reunión de Fox, Elorduy y el rector Mungaray sea suficiente para paralizar Otay, violar la autonomía de la UABC e imposibilitar el estudio de la razón de ser de la Universidad misma: el alumnado.
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