ABN 16/03/2007
Archivo ABN.
Caracas, 16 Mar. ABN.- El director de orquesta mexicano Pablo Varela afirmó: «Lo que sucede en la Fundación del Estado para el Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela (Fesnojiv) es único y no lo encontramos en ninguna otra parte del mundo».
Esa la opinión de quien, luego de reiteradas visitas al país, escribió el ensayo Una sociedad con capacidades diferentes, Cuaderno de viaje en pos del conocimiento del Sistema.
En el texto, Varela relata a modo de crónica su recorrido por diversos núcleos del sistema de orquestas venezolano, realizado en octubre de 2006, luego de la suspensión de su concierto con la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar.
A su juicio, en la Fesnojiv se da la oportunidad de conocer una vida mejor a los niños y jóvenes venezolanos.
«El sistema ayuda a cambiar sustancialmente la existencia de miles de niños y jóvenes a través de un único agente unificador y multiplicador: la música», reiteró.
En tal sentido, el director, nacido en la localidad mexicana de Tijuana y nombrado embajador cultural de esa ciudad en el mundo, consideró como realizador de un gran sueño al director de la Fesnojiv, el maestro José Antonio Abreu, y aseveró que su legado trasciende las fronteras políticas y sociales.
«Hace unos días conversaba con un amigo maestro de dirección coral del Conservatorio Giusseppe Verdi de Milán que me dijo que Venezuela es hoy un ejemplo que nos obliga a reflexionar y a reconsiderar nuestro sistema educativo. Así que Venezuela nos está dando una gran lección y debemos aprender de ella», resaltó el músico.
En cuanto al maestro Abreu, Varela resaltó su trascendencia ganada como resultado de que hace 33 años sembrara una semilla que ahora el mundo entero está cosechando. «No sólo de la música, sino de la humanidad», indicó.
«Detrás del maravilloso sonido que emana de cada uno de los integrantes de las orquestas hay una historia de lucha, perseverancia y victoria, ante la crueldad y el terror de las desdichas que amenazan al hombre, como el hambre y la pobreza extrema», enfatizó.
«La lección suprema que nos ofrece Fesnojiv es que el cambio sí es posible y que donde hay voluntad hay posibilidad. Ojalá hubiera miles de Fesnojiv en el mundo y también muchos doctores Abreu», afirmó Varela.
Destacó que, a pesar de las diferencias económicas y sociales imperantes en América Latina, una de las principales lecciones que ha impartido el sistema de orquestas venezolano es el valor del trabajo en equipo.
«Nos muestra que, independientemente de los factores sociopolíticos, la música puede enseñar a trabajar en conjunto para llegar a los más altos niveles imaginables, como es el caso de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar», señaló.
«Si desde pequeños aprendiéramos a valorar el trabajo en equipo mirando hacia un resultado unitario y bien definido, muchísimas hermosas obras sociales pudiéramos alcanzar en nuestros países», indicó.
Para Valera, a pesar de que el artista no debe entrar en el juego de los procesos políticos y debe cuidarse de que su trabajo sea tomado como propaganda, «en el transcurso de su historia y en todos los contextos siempre ha reflejado el tiempo que le tocó vivir y tiene la necesidad y el derecho de expresar sus ideas».
El ensayo de Varela, publicado en Internet, puede ser leído en los sitios www.hispaniaclásica.com, www.pablovarela.com, así como en www.abbadiani.it, en la que se encuentra la traducción al italiano hecha.
Pablo Varela, hoy residenciado en Italia, ha dirigido algunas de las orquestas más importantes de América Latina y Europa y es fundador y director de la Filarmónica Internacional de las Californias y director musical asistente de la Ópera de Bellas Artes de México.
Es reconocido en su país por su labor pedagógica orientada a llevar la música clásica a los públicos más excluidos, como los ancianos y los niños con discapacidades. En noviembre de 2005, este director visitó Venezuela para dirigir una breve temporada de la Orquesta Filarmónica Nacional y ofrecer clases magistrales.
También lideró actividades de terapia musical dirigida a niños y a jóvenes con discapacidades pertenecientes al Instituto de Educación Especial Bolivariano María Esperanza y a la Asociación Venezolana de Padres y Amigos de Niños Excepcionales (Avepane).
«Creo firmemente que la actividad del músico contemporáneo debe ir más allá de las salas de concierto. El músico moderno debe adquirir un compromiso social que ayude al fortalecimiento y al desarrollo integral del mundo que lo rodea», señaló Varela en esa oportunidad.
Varela visitará el país en los próximos meses para dirigir un concierto de la Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar que estaba previsto para realizarse a finales del pasado año pero debió ser suspendido.