9.29.2006

Se consuma en el Senado de EU la legalización de la tortura

DAVID BROOKS CORRESPONSAL / La jornada

Washington, 28 de septiembre. El Senado aprobó hoy la tortura y la anulación del derecho fundamental de un acusado de acceso a las pruebas en su contra para todo extranjero (incluidos inmigrantes) que sean designados "enemigos" por el presidente de Estados Unidos, convirtiendo a este país, según un ex abogado militar, en una "república bananera".

El presidente George W. Bush promulgará esta ley a la brevedad, la cual él y sus aliados consideran una "herramienta vital" en la lucha contra el "terror", cuyas medidas, dicen, ya han evitado atentados "terroristas" en los últimos años

La votación de esta noche en el Senado fue de 65 contra 34 en favor de la llamada Ley de Comisiones Militares (nombre del sistema judicial para "combatientes enemigos ilegales"). Con la previa aprobación de este proyecto en la Cámara de Representantes y su aprobación en el Senado esta noche, el presidente Bush y su gobierno se anotaron un triunfo al legalizar una serie de medidas autorizadas por el Ejecutivo en el curso de los últimos cuatro años como parte de la llamada "guerra contra el terror" y que recientemente fueron consideradas inconstitucionales por la Suprema Corte y violatorias de las Convenciones de Ginebra.

Nota completa

Editorial /La Jornada
Bush: permiso para torturar
El día de ayer será recordado como una fecha trágica para Estados Unidos y para el resto del mundo: el Senado de ese país se plegó a las exigencias del gobierno de George Walker Bush y legalizó ­después de que, la víspera, la Cámara de Representantes hiciera otro tanto­ la liquidación de los derechos humanos de los sospechosos de terrorismo. En adelante, será legal la detención de una persona por tiempo indefinido y sin presentación de cargos, será legal el uso de pruebas obtenidas mediante coerción y serán legales prácticas de interrogatorio como la privación de sueño por periodos prolongados o exponer a los interrogados a bajas temperaturas. Para aprobar semejantes atrocidades, los legisladores del país vecino recurrieron a una argucia simple: manifestar que tales tormentos no se llaman tortura.

La aprobación de estas medidas marca un retroceso sin precedente en materia de derechos humanos, garantías individuales y libertades, una recaída en la barbarie comparable a las disposiciones de segregación adoptadas en la Alemania nazi y en la Sudáfrica racista, y se traduce en un estado de indefensión jurídica para cualquier habitante de este planeta que tenga la desgracia de ser considerado sospechoso de terrorismo o potencial "combatiente enemigo" a discreción de cualquier oficial del gobierno estadunidense. Con esta disposición denominada "Ley sobre Comisiones Militares de 2006", muchos de los atropellos perpetrados en Abu Ghraib y Guantánamo pueden ya ser tomados como práctica válida y rutinaria.
editorial completa