10.10.2005

La Universidad ¿al servicio de quién?

publicado en Enter Líneas, núm. 5
Por Ricardo Mendívil
La universidad al servicio de la comunidadDentro de sus planes de desarrollo nuestra Universidad se plantea la tarea de servir a los intereses de la comunidad bajacaliforniana, pero ¿Quiénes conforman esta comunidad? A lo largo de este ensayo trataremos de precisa a quienes sirve el actual modelo de universidad.

Desde la caída del Muro de Berlín ideológicamente se ha impuesto un realismo pragmático optimista que podemos ver cristalizado en la obra de Francis Fukuyama en El Fin de la Historia. Se nos promete un futuro transparente donde ya no hay oposición ideológica, donde el individuo puede realizarse plenamente. Esta visión, muy cercana a las instituciones norteamericanas, es una visión totalitaria, pues concibe el presente como el espacio necesario para la realización plena de sus propios ideales y no permite ninguna divergencia. ¿Al servicio de quién están las universidades hoy en día?

El Papel de las Universidades
Cuál ha sido la función tradicional de la Universidad. Ha sido muy diversa, desde ser el lugar donde la burguesía reproduce sus cuadros técnicos e ideológicos hasta un campo de batalla ideológico entre concepciones divergentes de la sociedad. Como quiera que sea, la lucha ideológica siempre ha estado presente en las universidades y hoy más que nunca debe hacerse patente esta lucha ideológica que las misma Universidades pretenden esconder detrás de discursos triunfalistas de calidad y valores.

También hay que tener mucho cuidado de no caer en el falso extremo opuesto. La mera democratización de la educación no es la solución a los problemas que aquejan a nuestra sociedad. Cómo hemos visto la ilustración que trae consigo la educación no ha sido suficiente para romper con las inercias del poder en nuestro siglo. Podemos considerar que el pueblo alemán del tiempo nazi, era un pueblo educado, o podemos pensar que el pueblo norteamericano, con su cultura pop, carece por completo de una buena educación. Sin embargo, encontramos un sistema educativo fuerte en EUA. En concreto, la educación tampoco es la panacea de la democracia y justicia en nuestro país. El hacer llegar buena educación a la mayoría de la población, también depende en lo que consideremos “buena educación”. Una educación basada en el modelo humanista difícilmente arraiga en la población que ha tenido una formación popularesca, o que está fuertemente influenciada por los medios masivos de comunicación y, naturalmente, parecerá como un desperdicio para una sociedad obsesionada con la riqueza material. Pero si consideramos “buena educación” tener una formación centrada en la administración entonces lo único que hacemos es reforzamos los esquemas del mercado, no sólo en el ámbito productivo, sino también en el ámbito de la sociedad civil.

¿Qué es la privatización?
Hay un viraje en cuanto a los paradigmas en la educación. Se sostiene hoy en día que las crisis económicas que sufrimos son, en parte, de un poder excesivo otorgado a los sindicatos, esto es, que las luchas laborales habían ganado demasiado para los trabajadores, y por consecuencia se hacía poco con mucho dinero. Los neoliberales ofrecen un esquema para salir de las recurrentes crisis del capitalismo, la privatización y globalización.

Los procesos de privatización son procesos de racionalización, que apuntan a una sociedad totalmente administrada, donde se pueda hacer más con menos recursos. Este totalitarismo se ofusca ideológicamente dentro de la noción pragmática de que el capitalismo ha triunfado y no existe ninguna otra opción. La privatización es la tesis de que el mercado y las empresas en su afán de lucro pueden administrar mejor todo, inclusive la educación. Se considera que toda empresa regida por el Estado es ineficiente y obsoleta. Sin embargo, hay que considerar que este nuevo mundo tecnológico, en el cual las instituciones regidas por el Estado son ineficientes, es un mundo creado por las corporaciones multinacionales que imponen sus demandas al Estado y la comunidad misma. A través de este paradigma se pretende transforma al sujeto racional de la ilustración en un consumidor informado.

El espacio público es donde la comunidad puede discutir y dialogar sus asuntos. Poco a poco, el nuevo proyecto de Universidad ha ido destruyendo este espacio privatizando parcelas de la institución misma. En el caso de la UABC vemos este proceso en Sorteos Universitarios, la renta de los estacionamientos, en la concesión de locales en el centro comunitario, en la realización de eventos pro-empresariales, en el constante aumento de cuotas, el CENEVAL, ISOs, y otras más.Si la misión de la universidad es la de brindar oportunidades de superación profesional a todos, además de propagar la investigación y la cultura, entonces nuestra Universidad está haciendo un terrible trabajo. La gran mayoría de la población en nuestra ciudad es pobre, no tiene todas sus necesidades básicas satisfechas, y la Universidad, que es una institución al servicio de la comunidad, no está interesada en abatir la pobreza de las mayorías, ni en brindar oportunidades reales a los grupos marginados. Su principal interés es el desarrollo de empresarial, como podemos ver en la gran mayoría de las políticas que aplica.

Nuestra universidad pretende ocultar el hecho de que es elitista y está al servicio de la clase empresarial detrás de un huero discurso de Calidad y Valores. ¿Quiénes son los que pueden estudiar? ¿acaso los hijos de los trabajadores tienen que luchar dos o tres veces más para lograr los mismos resultados que un estudiante promedio? La paulatina privatización de las universidades responde a una problemática muy concreta: la racionalización de los recursos, atender las demandas del sector productivo y la explotación de un mercado antes no aprovechados. La resolución de estos problemas no trae consigo necesariamente la disminución de la pobreza, la justicia social y el desarrollo de la cultura y la investigación.

Proletarización de la ciudad.
El pobre es quien carece de medios para insertarse plenamente a la vida social, pero lo que aquí debe analizarse es qué es esta “vida social”, cómo está construida y a quién favorece en un sentido sistemático y funcional. ¿Qué tiene de malo este planteamiento si tan sólo es ponerse a la altura de los tiempos, es ser inteligente, dejar los residuos caducos del pasado y aceptar la incuestionable marea del mercado?

La idea de que el futuro de la humanidad está en la visión mercadológica, llega a ser peligrosamente totalitaria. Se nos propone un futuro mejor a través del libre mercado, del corporativismo y de la empresa considerándolos medios concretos de “desarrollo humano”. Inclusive la noción que se ha forjado hoy en día de democracia, es un remedo de la idea misma del mercado. Se nos ha hecho creer que la única manera de salir de la pobreza es mediante la actualización y modernización de nuestras herramientas profesionales, sin darnos cuenta que es el proceso mismo el que sigue generando pobreza y desigualdad. Las grandes inversiones que se hacen en la actualización y modernización de la infraestructura e insumos, no están hechas para beneficiar a la comunidad en su totalidad, sino para beneficiar a ciertos mercados y a algunos sectores productivos. A veces parece cínica la tesis de que todo esto beneficiará a todos los estratos de la sociedad por medio de una derrama. Esta tesis lleva más de 200 años tratando de convencernos. En este sentido, en el fin de las ideologías encontramos el nuevo totalitarismo, donde sólo hay una posibilidad, una sola manera de administrar, y todo aquello que no esté en sintonía está condenado a desaparecer a ser descontinuado. Así mismo, el corporativismo también es una ideología totalitaria, donde una sociedad debe estar totalmente regulada por los mecanismos empresariales y de mercado, incluso el arte, la teoría y la felicidad.

Privatización de la educación.
Se habla de la difusión del conocimiento a través del libre mercado como si el intercambio o quehacer comercial dejara como residuo conocimiento benéfico. Por ejemplo, la revista electrónica de la UNESCO Education Today, en un artículo titulado Higher Education for Sale (Educación Superior a la Venta) discute los pros y los contras de la privatización en masa de ésta: “Students are now consumers, free to choose the best course they can find in a 'market' that has become world wide”(1). Que un organismo de esta envergadura no se sonroje ante tales propuestas nos señala la relevancia mundial de estas políticas. En nuestro caso local, este actuar a través de los mercados “libres” deja maquiladoras y un espacio que se llena poco a poco de una homogeneidad cultural occidental; determina nuestro desarrollo con base a intereses ajenos a nuestra comunidad en la cual, los intereses propios se pierden detrás del discurso del desarrollo y del progreso económico. Perdemos de vista que, por ejemplo, nuestra ciudad, a pesar de su “renacimiento cultural” sufre graves deficiencias en materia educativa. Esto lleva a la siguientes pregunta ¿determina la economía a la educación? Afirmamos que sí. No sólo por las estadísticas o análisis de prominentes pensadores como Heinz Dieterich(2), sino por un fenómeno que se ha dado en los discursos post-ideológicos. Por mucho tiempo se atacó a concepciones como la marxista, acusándola de reduccionismo económico, por pretender reducir todo ámbito de lo humano a un principio económico. Esta interpretación, mejor conocida como marxismo vulgar reflejaba un miedo del hombre a reconocer que podía ser objetivado en la economía. Sin embargo, desde la caída del Muro de Berlín el discurso vuelve al economicismo, pero ahora envuelto en un aura de libertad, progreso, desarrollo: “Economicismo. Consiste en el predominio determinante de la dimensión civil de la vida social la que constituye a los individuos como burgueses o propietarios privados- sobre la dimensión política misma la que personifica a los individuos como ciudadanos o miembros de una república”(3). Los factores administrativos son ahora centrales en toda institución, inclusive primordiales como se puede ver en el caso de nuestra Universidad. No es de extrañarse que el mercado sea la instancia suprema en nuestros tiempos. Se nos plantea que el conocimiento y el desarrollo-progreso económico se determinan el uno al otro conforme van avanzando, incluso nos llegan a sugerir, expertos e instituciones que el conocimiento social que poseemos ha superado toda visión anti-capitalista, y que esto, a su vez se refleja en le progreso de los países que han asumido este saber. No es extraño que sean estas posturas de corte pragmatista, utilitarista. ¿No será al revés? que nuestro conocimiento fragmentario, relativo, efímero, inconexo es un reflejo de cómo la «cultura comercial» ha determinado los objetivos de las instituciones educativas, a través de los mercados y los discursos de progreso y desarrollo. El término del mercado es un término espurio ambiguo, metafísico, que no muestra su concreción más que en cifras de ganancias o pérdidas. Los indicadores de los mercados no nos dicen objetivamente las preferencias de los consumidores, aislados de todo contexto social, sino únicamente muestran la capacidad de elección de grupos de individuos impuesta por las mismas estructuras dominantes.

Prospectivas
La educación es una Institución Social y no debe ser manejada con una visión empresarial. De no ser así perdemos el rumbo hacia la emancipación ideológica y social. La Universidad debe ser un espacio público por excelencia donde la libre discusión de ideas se pueda dar. Donde nuevos paradigmas sociales puedan ser planteado y estudiados libremente con miras de beneficiar a toda la sociedad. La privatización no es un camino inexorable para la educación, las Universidades deben resistir este proceso ofreciendo alternativas, esto es, apoyando proyectos de investigación diversos, permitiendo la plena libertad de expresión y de cátedra, ayudando a que los jóvenes de escasos recursos puedan ingresar y mantenerse dentro de la Universidad.

A final de cuentas ¿qué es más importante, que haya Internet en las escuelas en vez de apoyar a estudiantes de bajos recursos? ¿A quién beneficia esto?

Notas:
(1)http://www.unesco.org/education/education_today/today03.pdf “Los estudiantes son ahora consumidores, libres para elegir el mejor curso que puedan encontrar en un 'mercado' que se ha hecho mundial”. Traducción libre.
(2) “La esencia política-ideológica del proyecto económico-educativo de la globalización es el binomio: desarrollo económico sostenible desarrollo humano sostenible, con la obvia primacía de lo primero sobre lo segundo”. Heinz Dieterich. “Globalización y Educación: la ideología” en La Sociedad Global: educación, Mercado y democracia. 6ta. Reimpresión. Edit. Contrapuntos, México, 1998, p. 102.
(3) Bolívar Echeverría. Las ilusiones de la modernidad. UNAM /El Equilibrista, México, D.F., 1995, p. 155.

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