12.30.2006

Oaxaca: voces de la valentía
(Publicado el pasado viernes 22 de diciembre en el periódico Frontera)

Por Rosario Maríñez*
A mis manos ha llegado la publicación “Voces de la valentía en Oaxaca. Violaciones a los derechos humanos de las mujeres en el conflicto social y político”, editada por el Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad Oaxaca, A.C., las Asociaciones Civiles Comunicación e Información de la Mujer y Equidad de Género: Ciudadanía, Trabajo y Familia, así como por la filial Oaxaca de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos.
“Si no tenemos un lugar donde se pueda vivir con dignidad y justicia no podremos vivir en ningún lado” menciona enfáticamente Leyla Centeno cuando cuenta la historia de su participación y de cómo las mujeres fueron organizándose para ganar un espacio propio y el reconocimiento dentro del movimiento social surgido en Oaxaca a partir del conflicto que desde hace seis meses impera en esa entidad. Si algo nos ha enseñado el movimiento social en Oaxaca es que la dignidad es algo propio de las personas, y que tiene que haber condiciones que deben ser garantizadas por el Estado para que sean una realidad. Es un hecho que las garantías individuales han sido vulneradas e incluso canceladas por un gobierno autoritario y sordo a las necesidades de sus ciudadanas y ciudadanos, por ello mujeres y hombres luchan por conseguir que las personas puedan vivir con dignidad: respeto, libertad, seguridad personal, integridad, autonomía, justicia y en igualdad de condiciones. Oaxaca es un estado multicultural, con características geográficas, ambientales y de desarrollo muy diversas. Es el tercer estado más pobre del país y concentra la mayor parte de la población indígena con 16 etnias que representan el 31 por ciento de las 52 que hay en México. Oaxaca ha tenido un sistema de gobierno unipartidista desde hace más de medio siglo. El PRI, en agosto de 2004, ganó las elecciones para renovar gobernador y Congreso local en un clima de escándalo y acusaciones de corrupción y cuestionado social y jurídicamente por los distintos actores políticos y por las y los ciudadanos. La desigualdad social, política y económica acumulada a lo largo de su historia, junto con el retroceso en la transición democrática, tiene hoy en día como una de sus múltiples consecuencias un contexto de corrupción, impunidad y violación a los derechos humanos, y afectan siempre mayormente a indígenas y doblemente a las mujeres.
“Voces de la valentía en Oaxaca. Violaciones a los derechos humanos de las mujeres en el conflicto social y político” es un esfuerzo colectivo de mujeres de organizaciones de la sociedad civil de Oaxaca, escrito con el propósito de ser un instrumento de denuncia de las violaciones a los derechos humanos de las mujeres. Inicia con una breve descripción del papel que las mujeres han jugado en el movimiento social. Presenta historias que no son todavía Historia (con mayúscula, si es que consideráramos que existe un historia completa, acabada), no sólo porque no se habían escrito sino porque no son historias concluidas, ciclos terminados, sino historias abiertas, en proceso y que reclaman justicia. Historias que están llenas de mujeres con sus murmullos, sus gritos, sus dolores. Voces de mujeres que rompen el silencio y que nos dan una lección de resistencia, de lucha, de organización, de participación social, de valentía. Juntas denuncian y ejemplifican las distintas aristas de la violencia de género ejercida contra las mujeres y que determinan su vida.
La primera parte de esta obra relata las historias de cuatro mujeres: Maria Luisa, Isabel, Guadalupe y María, cuyos sucesos se ubican en un momento histórico anterior al conflicto de los últimos meses, y reflejan la situación crónica de abuso de poder por parte del PRI en el gobierno, violaciones cometidas contra mujeres por su condición de género o etnia, por prácticas caciquiles y porque las instituciones (esas que tanto defiende el calderonismo) no funcionan. Diez de las miles de voces de mujeres oaxaqueñas que rompieron el silencio se encuentran en la segunda parte: Patricia, Rosario, Florina, Ruth, Elvia, Alba, Catalina, Blanca, Meli y Marisela, quienes nos muestran cómo se fueron organizando en los últimos seis meses de conflicto para ganarse un espacio propio y ser actoras vitales del movimiento social. Sus voces nos dicen cómo ellas directa o indirectamente son afectadas en sus derechos fundamentales y el valor para enfrentarse a situaciones que entrañan peligro o dificultad. La voz sumada hace un clamor. La voz de cada una de estas mujeres aspira a ser oída por muchas y muchos; a que el clamor sea, con su voz y la de ustedes: “paremos la Tragedia, la Impunidad, la Ignominia”. De esta manera, este libro aspira a ser un clamor por la justicia, contra el silencio, por la libertad.
Al dar a conocer estas voces, esfuerzos editoriales de este tipo hacen evidente que Oaxaca es una caja de resonancia de lo que ocurre en todo el país. Las voces valientes de estas mujeres oaxaqueñas son las voces de todas las mujeres mexicanas que sufren opresión en cualquier parte de nuestro país. Ellas nos han convencido con su valentía, que sumando esfuerzos se puede lograr que Oaxaca, lo mismo que cualquier lugar del país, incluido Tijuana, sea un lugar en donde todas las personas, en particular las mujeres, puedan vivir con dignidad y justicia, y como canta la consigna feminista: que puedan transitar sin miedo por las calles.