12.02.2009


Despierta





EL HIJO

Los voceros


Miércoles 02 de Diciembre de 2009 02:41
La planta eólica del gober


Uno de los temas que más generó polémica (y la sigue generando) en la anterior administración estatal fue la instalación de planta regasificadora de Sempra Energy, ya que de manera bella no respetó el Proyecto conocido como Cocotren, que definía como exclusivamente turísticas las zonas del corredor Tijuana a Ensenada.

En la presente administración estatal, uno de los principales proyectos es la planta eólica que se construye en La Rumorosa.

La empresa que ganó la licitación del gobierno del estado para construir la planta de energía renovable es TurboPower Services, de Carlos Eduardo Torres Sotelo, que está asociada con D´QUadrant Strategies.

Lo extraño en este proyecto es que TurboPower fue creada apenas en el 2007 como una empresa para dar servicios a las industrias dedicadas a la generación de energías. Pero ya este añito, logró lo que pocas compañías han conseguido, un contrato de 26 milloncitos de dólares para la construcción de la planta que brindará el servicio al gobierno del estado.

A ver si detrás de este éxito tan repentino, no se repite la papa caliente que ha sido Sempra Energy, pero ahora con el gober Osuna Millán.



¿Se coló o ya lo perdonaron?

Quien muy mono aparece en la fotografía del Gabinete en el libro del Segundo Informe de Jorge Ramos Hernández es Luis Enrique Díaz Félix, a quien se le pidió que se fuera luego que un narcotraficante de Playas de Rosarito, apodado El Cande, declaró, tras su detención, que había dado dinero para las campañas de los candidatos panistas.

El ex alcalde de Rosatlán está en el lugar de los delegados en la fotografía. Tal vez, el Primer Edil ya lo perdonó. Qué bueno, como dice el alcalde, eso no es dispendio, sino que está generando empleos para que las personas afronten la crisis económica que afecta al país. Bien por el "Yiyo", ciudadano ejemplar.

11.26.2009


SME en la Camara de Diputados
Adelante SME, no estan solos



11.25.2009

Tomado de Todos somos un mundo pequeño


Yo no trabajo en mundos pequeños
Intervencion de Margarita Gonzalez






La Revolución está en ti: yo no trabajo en poemas pequeños
Internencion de Jhonatan Curiel





La Revolución está en ti: a la opinion pública
20 de Noviembre del 2009. Avenida Revolución y Plaza Santa Cecilia. Fragmento del texto "A la opinión pública y a la comunidad artística e intelectual de México" de Álvaro Blancarte, publicado en Contraluz. Intervención pública "la revolución está en tí" de "todos somos un mundo pequeño" en contra de la designación de Virgilio Muñoz como director del CECUT y la equívoca política cultural del Estado Mexicano (sic). Música: Góndola (Gustavo Lamas).





La Revolución está en ti: la suspensión política de la cultura
20 de Noviembre del 2009. Avenida Revolución y Plaza Santa Cecilia. Fragmento del texto "La suspensión política de la cultura" de Alfredo Lucero-Montaño. Intervención pública "la revolución está en tí" de "todos somos un mundo pequeño" en contra de la designación de Virgilio Muñoz como director del CECUT y la equívoca política cultural del Estado Mexicano (sic).Música: Góndola (Gustavo Lamas).


11.24.2009



En varios periódicos y, por supuesto, en La Jornada del 19 de este mes se ha transmitido la noticia de que a la isla Cerralvo, situada en el golfo de California, un poco al sur de la bahía de La Paz, se le ha cambiado el nombre por el del oceanógrafo francés Jacques Costeau. La noticia no sólo ha sorprendido a los sudcalifornianos, a los estudiosos de la historia y a otros muchos, sino que también ha sido calificada de auténtica aberración. Esto, porque se borra un referente de siglos e independientemente de los méritos de Costeau, no se ve qué relación tiene él con la isla Cerralvo.

La toponimia de un país, o sea los nombres de lugar de ciudades, pueblos, montañas, islas, mares y ríos, es parte integrante de la identidad nacional. Nuestra toponimia incluye miles de nombres en lenguas indígenas, también en español y en otras. Un ejemplo lo ofrece San Cristóbal Ecatepec de Morelos. Ecatepec significa en náhuatl “Cerro del Viento”; “San Cristóbal” es el nombre del santo que le antepusieron los franciscanos y “Morelos” trae a la mente y al corazón que allí fue fusilado José María Morelos héroe entre los héroes de la Independencia.

El Diario Oficial de la Federación del 17 de este mismo mes incluye un “acuerdo”, suscrito en Aguascalientes por el director general de Geografía y Medio Ambiente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) por el cual –según se expresa– “se actualiza el cambio de nombre geográfico de la isla Cerralvo por el de Jacques Cousteau”.

En dicho acuerdo, después de describir la ubicación de la isla, se declara que “el Poder Ejecutivo a través de la Secretaría de Gobernación, encargada de administrar las islas de jurisdicción federal [...], solicitó al Inegi realice las gestiones necesarias para registrar el cambio de nombre geográfico (topónimo) de la isla Cerralvo en el Registro Nacional de Información Geográfica”.

Del citado párrafo parece desprenderse que el cambio se produjo por disposición al Ejecutivo el que, mediante la Secretaría de Gobernación solicita “se actualice” el cambio de nombre sin citar decreto alguno en el que el Ejecutivo o el secretario de Gobernación hayan ordenado dicho cambio. Tan sólo aparece un funcionario del Inegi firmando el acuerdo de una “actualización”. Ante esto hay que preguntar ¿cuándo, cómo y por qué el Ejecutivo decidió introducir el cambio?

El motivo, según parece, es suponer que con ese nombre se subrayará el interés turístico de la isla y del mar de Cortés. Se ha dicho que Cousteau expresó una vez que ese mar tenía muchos atractivos y gran riqueza pesquera. Si es que dijo esto, conviene recordar aquí que el gran historiador Francisco Xavier Clavijero más de dos siglos antes, describió ese mar como una inmensa mina marítima por sus recursos piscícolas.
Al introducir arbitraria y gratuitamente el cambio sin dar razón alguna, se está borrando una parte de la historia de la California mexicana. Y esto atenta contra la identidad y la cultura nacionales. Recordaré por qué esa isla se ha llamado y deberá llamarse siempre Cerralvo.

Fue hacia 1632 cuando llegó a Acaponeta, en Nayarit, un pintoresco capitán de navío, de nombre Francisco de Ortega. Sabía él de anteriores expediciones a la península de California y quería también probar fortuna. El problema con que se topó fue que el rey Felipe IV, poco antes había ordenado se suspendiera cualquier nuevo intento de exploración, ya que hasta entonces nada se había podido lograr.

Ahora bien, el sagaz Francisco de Ortega se dirigió al virrey marqués de Cerralvo, informándole que tenía una fragata con la que podría ir a la California no precisamente para explorarla, sino para averiguar si valía la pena tal exploración. Con tan ingeniosa propuesta obtuvo la licencia pedida.

Tres expediciones emprendió Ortega, en 1632, 1634 y 1636. Estableció contacto con los indígenas del puerto de La Paz y exploró hacia el norte hasta cerca del paralelo 28. En el tercero de los viajes la embarcación de Ortega quedó destruida en una tempestad, pero éste con sus hombres y con los restos de la fragata, pudo construir otra. Así, en la expedición autorizada por el virrey de Cerralvo tuvo lugar la primera construcción de una nave en las Californias.

Los diarios de viaje que dejó Ortega dan cuenta de todo lo que fue descubriendo. Bautizó a lo largo de su expedición no pocas islas y, en reconocimiento por la autorización concedida por el virrey, dio el nombre de Cerralvo a la isla de considerable extensión situada un poco al sur de la bahía de la Paz. Este es el meollo de la historia de por qué esta isla se ha conocido durante ya casi cuatro siglos con tal nombre.

¿Ahora de un plumazo, que denota ignorancia de la historia, se pretende cambiar este nombre rico en evocaciones? ¿Se consultó a las autoridades y al pueblo de Baja California y a quienes se interesan por la identidad nacional y la relación que ésta tiene con los nombres de lugar?

Quiero proponer aquí, para evitar aberraciones como ésta, que el Congreso de la Unión discuta y apruebe una ley en la que se prescriba en qué forma puede intentarse alterar un nombre de lugar. En esa ley debería declararse que tales cambios sólo podrán realizarse con fundamento inobjetable y tomando en cuenta a la historia. Asimismo, que los cambios propuestos deben someterse a la consulta pública, en particular de los habitantes del lugar en cuestión y de poblaciones vecinas. Mientras no dispongamos de ese ordenamiento corremos el peligro de aberraciones como ésta, que son intentos de borrar la historia.

11.23.2009


Obras frente a UABC