12.13.2006

Defender la educación
Por Rosario Maríñez

El 6 de septiembre de 1964, el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, pronunció un discurso en la inauguración de la Asamblea Mundial de la Educación, realizada en la Ciudad de México. Ante cientos de representantes educativos provenientes de muy diversos países, Torres Bodet expresó: “Muchos han sido los ataques contra la soberanía de la República y la unidad de los mexicanos. Hasta el más breve manual consigna cuáles cobraron aspectos más peligrosos: las intervenciones extranjeras y ciertos golpes de Estado. Pero, al trasluz de los acontecimientos bélicos o políticos, se perfila un proceso en el que podemos reconocer unas constantes características: el deseo de armonizar, con la organización de las más modernas instituciones cívicas, tradiciones multiseculares; el deber de inventar la historia, sin contradecir el pasado arbitrariamente; la necesidad en que nos hallamos de hacer un México nuevo que sea un México auténtico. ¿Cómo alcanzar tan insigne meta sin la fuerza moral de la educación? La historia de la República Mexicana podría sintetizarse en torno a tres grandes épocas: la Independencia, la Reforma y la Revolución de 1910. Los guías de cada uno de esos tres movimientos complementarios sintieron con claridad que el éxito de su causa no lo obtendrían las armas únicamente, pues ninguna victoria perdura si no la afirma la escuela. En efecto, los triunfos del pueblo, el caudillo puede orientarlos pero, a la postre, sólo el maestro los garantiza. De ahí la pasión con que los hombres de la Independencia, de la Reforma y de la Revolución se esforzaron por encontrar nuevos senderos educativos para el país”.

Con mucho orgullo ante esa audiencia, Torres Bodet hizo una presentación de lo que México hacía por la educación. Rememoró los esfuerzos educativos de los años posteriores a la Revolución Mexicana, iniciados por José Vasconcelos, como las campañas de alfabetización, las misiones culturales, la educación indígena, la escuela rural, la escuela nocturna para el obrero, y los centros de educación técnica. Asimismo, describió lo que era cada uno de los elementos de la estructura educativa, y resaltó el quehacer de las instituciones educativas, de investigación y culturales, más prestigiosas del país como el Instituto Politécnico Nacional, la UNAM, el Colegio Nacional, el Seminario de Cultura y el Colegio de México, el Instituto de Bellas Artes y el de Antropología e Historia. Así también, mencionó la labor constructiva del Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE).

La preocupación de Torres Bodet en el sentido de si era posible alcanzar la meta de construir un México nuevo sin la fuerza moral de la educación, hoy tiene una vigencia indiscutible. La intervención extranjera y el golpe de Estado se han instalado en su versión neoliberal en México, y en ese escenario puede leerse la amenaza a la educación pública por parte del gobierno de Felipe Calderón. Un pueblo instruido, educado y culto son un peligro para los intereses que representa el calderonismo represor, por ello se apuran en destruir y borrar todo el esfuerzo educativo que ha costado décadas y generaciones construir. En la visión calderonista, de acuerdo a su presupuesto, se da prioridad a las áreas tecnológicas y a instancias normativas y de evaluación, y así cumplir con las exigencias de certificación, competitividad y selectividad de la OCDE. Mientras que áreas como la educación rural, dependencias y programas del sector educativo, entre los que se encuentran el CAPFCE, la UNAM, universidades estatales, el IPN, la UAM, el INAH, el Colegio de México, el CINVESTAV; e instituciones culturales como Conaculta, Inmice, Canal TV 11, Canal TV 22, Radio Educación, entre otros, se afectará el desarrollo de sus programas con la reducción de su presupuesto, e incluso se propiciará la extinción de alguna de ellas.

¿Qué tipo de país y de ciudadanos habrán de conformarse con una educación pública sin apoyo presupuestal? A ese empeño se suma la ofensiva ideológica y mediática, como la realizada por el diputadillo panista Padilla Orozco, contra nuestra UNAM. La educación pública ha venido sufriendo embate tras embate durante todo el periodo de los gobiernos neoliberales desde 1982 a la fecha: líderes sindicales corruptos uncidos al gobierno; bajísimos salarios a los profesores; atraso en los métodos de enseñanza-aprendizaje; pobres contenidos curriculares; visión tecnocrática que ha ido echando a la borda las humanidades y las ciencias sociales para privilegiar el modelo basado en competencias, han dado por resultado ciudadanos que bien pueden ser clasificados como analfabetas funcionales, lo cual nos ha ubicado en los últimos lugares de los niveles educativos del mundo, de acuerdo con la OCDE; y de tener más de un millón de niños fuera del sistema educativo, según UNICEF.

Parar la embestida calderonista contra la educación está hoy, en primerísimo lugar en manos de los legisladores. Y en las nuestras, está exigir a esos legisladores que den la cara por la defensa de las instituciones educativas amenazadas, y que cumplan con lo estipulado en el Artículo 3º constitucional de garantizar educación laica y gratuita a todos los mexicanos.
La autora es Maestra en Ciencias Educativas por el IIDE-UABC, y doctorante en Ciencias por el DIE-CINVESTAV.

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El siguiente poema de Mario Benedetti, circula en internet desde hace unos días, por supuesto despues de la muerte del exdictador Augusto Pinochet.


OBITUARIO CON HURRAS
Mario Benedetti


Vamos a festejarlo, vengan todos
los inocentes
los damnificados
los que gritan de noche
los que sueñan de día
los que sufen el cuerpo
los que alojan fantasmas
los que pisan descalzos
los que blasfeman y arden
los pobres congelados
los que quieren a alguien
los que nunca se olvidan
vamos a festejarlo, vengan todos
el crápula se ha muerto
se acabo el alma negra
el ladrón
el cochino
se acabo para siembre
hurra
que vengan todos, vamos a festejarlo
a no decir
la muerte
siempre lo borra todo
todo lo purifica
cualquier día
la muerte no borra nada
quedan
siempre las cicatrices
hurra
murió el cretino, vamos a festejarlo
a no llorar de vicio
que lloren sus iguales
y se traguen sus lágrimas
se acabo el monstruo prócer
se acabo para siempre
vamos a festejarlo
a no ponernos tibios
a no creer que este
es un muerto cualquiera
vamos a festejarlo, a no volvernos flojos
a no olvidar que este
es un muerto de mierda.